Altimetrías

Puerto de Kilva por Adamuz, escalonado itinerario hacia El Caballón

Estado del firme:****

Dureza:*

Volumen de tráfico:*

Consejos y sugerencias: si nos vamos a adentrar por la Sierra Morena desde Adamuz más nos vale reponer fuerzas y líquidos en esta localidad cordobesa, ya que son muchos, difíciles y desiertos los kilómetros que nos esperan hasta la más cercana de las poblaciones: bien Obejo, bien Villanueva de Córdoba.

Más que puerto sucesión de repechos, Kilva por Adamuz nos introduce de pleno en «territorio comanche».

A través de este puerto nos adentramos en la Sierra Morena cordobesa por una de sus zonas más agrestes. Kilómetros y kilómetros en la más absoluta soledad nos aguardan por delante camino del que es el plato fuerte de la zona: el puerto de El Caballón.

Pero la aproximación no va a ser un camino de rosas y, si ya antes de llegar a Adamuz, hemos escalado algún repecho –especialmente duro se hace el de Las Mojoneras-, ahora vamos a vernos forzados a superar tres más enlazados hasta coronar.

Puente en las inmediaciones de Adamuz donde iniciamos la altimetría.

Es precisamente a los pies de Adamuz, en el puente sobre el arroyo del Concejo, donde se inicia el ascenso. A partir de este punto un triple tobogán va a minar nuestras fuerzas para que el Caballón haga el resto.

Hay que decir que no se trata de un puerto de especial belleza, todo lo contrario que su vertiente norte, que es, además, más corta, más constante y de mayor dificultad. Y es que circulamos de repecho en repecho encajonados entre lomas excepto en su últimas estribaciones, la zona alta que podría considerarse propiamente como Kilva.

El olivar domina el paisaje todo.

Desde el inicio vamos a bucear entre un raudal de olivos, paisaje característico que no nos va a abandonar durante largos kilómetros. Por lo menos, podemos aprovechar los descansos para hidratarnos, sobre todo cuando la canícula se encuentra en su máximo apogeo.

Tras el primer descenso, se sigue un falso llano de un par de kilómetros que nos sirve para abandonar el piedemonte e ir adentrándonos en el corazón de la sierra. Pronto la pendiente vuelve a empinarse y al instante nos vemos escalando el segundo de los repechos, éste con poco más de un kilómetro y algo más exigente que el primero. Al llegar a su cima merece la pena detenerse un instante para echar la vista atrás: tras la inmediatez de las lomas se pierde el valle del Guadalquivir hasta las Sierras Subbéticas.

Carretera estrecha, siempre entre lomas, que se va adentrando en un entorno cada vez más agreste.

Luego, descenso rápido que nos permite contemplar cómo las colinas cercanas superan a las anteriores en magnitud, sin ser, con todo, grandes montañas. No hay que olvidar que la Sierra Morena cordobesa apenas sí sobrepasa los 900 m. de cota máxima.

De seguido retomamos el ascenso, aunque muy suavemente, hasta pasar junto a un par de cortijadas que sirven de referencia para el reinicio del puerto. Algo más de tres kilómetros bastante irregulares en cuanto a su pendiente nos restan hasta la cima. Trazaremos incluso alguna herradura y habremos de afrontar rampas continuadas, aunque aisladas, de doble dígito.

Coronamos tras un falso llano. Nos aguardan un descenso con fuerte pendiente y las rampas de El Caballón.

Finalmente, tras unos 500 m. de paseo, ganamos el alto, donde ya, por fin, podremos disfrutar de la belleza de estas colinas: la contemplación del valle que excava el río Varas no tiene desperdicio en absoluto.

Al fondo, tras un descenso complicado debido a la estrechez del piso, las rampas de El Caballón aguardan su momento.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.

 

Mapa:

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