Altimetrías

Haza del Lino (Rubite), encrucijada de La Contraviesa

Estado del firme:***

Dureza:***

Volumen de tráfico:*

Consejos y sugerencias: largo y con un tramo central de gran dureza, todo un puerto “tipo Tour” que no debemos subestimar para no vernos doblegados por sus rampas.

La vertiente de Rubite nos encandilará por su dureza y, sobre todo, por la belleza del trazado posterior al pueblo.

El Haza del Lino, una cortijada y una venta, se sitúa a poco más de 1.220 m. de altitud en el corazón de la Sierra de la Contraviesa, en un nudo de caminos hacia la costa y el interior de la Alpujarra. La carretera A-4131, que desde las inmediaciones de Órgiva serpentea por la sierra hasta Albuñol y la costa, ve cómo, además del mencionado cruce, un buen número de carreteras desembocan a ella dando lugar a múltiples variantes del mismo puerto, siendo que varias de ellas mueren en algún pueblecillo, mientras que otras cuentan con salida asfaltada. De ahí que la encrucijada del Haza del Lino sea, más que un puerto, un sin fin de puertos.

Después de coronar el puerto, es recomendable continuar hasta la Venta del Haza del Lino y degustar las viandas típicas de la Contraviesa.

Pues bien, de una de sus variantes, la más dura de las que actualmente cuenta con asfalto en todo su trazado, vamos a dar cuenta a continuación.

Partiremos desde la localidad costera de Castell de Ferro, municipio de Gualchos, para adentrarnos en la Sierra de la Contraviesa, una de las grandes desconocidas del aficionado al ciclismo por su escasa presencia en las carreras profesionales.

A partir de este punto comienza el verdadero ascenso al Haza del Lino.

Al principio, el falso llano que remonta la rambla de Gualchos podría llevarnos a engaño de no ser porque después de casi 6 km. de ascenso y pasadas varias aldeas, tras el cruce del pueblo de Lújar, la pendiente se va a disparar. Tan sólo algún descansillo arrojará cifras menores del 8%, mientras que las rampas de doble dígito serán frecuentes.

Carretera estrecha, serpenteante y de fuertes rampas.

En el punto de mira la localidad de Rubite y hasta llegar allí casi 8 km. de máxima exigencia. Ganamos varios altos tras otras tantas ramblas de barrancos cada vez más profundos, mientras un buen puñado de herraduras ornamentan un, por otra parte, desértico trazado. El abundante matorral da paso, por momentos, al viñedo y a los almendros, que dominan el abrupto terreno en las proximidades del pueblo. Monte abajo, al final de la rambla, Castell de Ferro se muestra flanqueado de azul y blanco: mar e invernaderos confinan la bella localidad costera.

Bien abajo quedan los plásticos de los invernaderos y la localidad de Castell de Ferro. Coronando la loma del Aljibe aparecen los almendros, característicos en estas sierras.

Al coronar la loma del Aljibe, donde aún se conservan los vestigios de un aljibe de época nazarí, se muestra por fin Rubite, “zarzamora” en mozárabe, con su bellísimo caserío de viviendas enjabelgadas y rojizas techumbres. La disposición de sus callejuelas es la típica de los pueblos moriscos de sierra, con estrechos recovecos y empinadas cuestas.

Descansillo con Rubite acostado en la ladera y la carretera que continúa ascendiendo a fuerza de herraduras.

Mas, tras un corto aunque empinado descenso, no vamos a llegar a atravesarlo, sino que lo esquivamos en una curva a izquierdas donde, además, retomamos el ascenso.

Al descenso de la pendiente se añade el encanto del trazado y un pedalear más alegre.

Alcanzamos así el tramo final en que la pendiente irá descendiendo: sólo el primer kilómetro superará el 8% de pendiente media. Pero lo que de verdad destaca en estos 8 km. finales es el trazado de la carretera: se hilvanan un total de veinte curvas de herradura y otras cinco de vaguada, propiciando un continuo zigzagueo que nos permite ir mejorando paulatinamente la panorámica sobre Rubite y la costa primero, sobre las sierras de Lújar y La Contraviesa más tarde y, más arriba por último, sobre Sierra Nevada.

Llegando al cruce de Órgiva apenas sí nos restan 3,5 km. de puerto.

Llegamos al cruce con la A-4131 (antigua C-333) tras poco más de 19 km. y giramos a la derecha. Hacia la izquierda dejamos la posibilidad de bajar hasta el río Guadalfeo por puerto Camacho y hacer ruta por la Alpujarra Alta o la de subir hasta las antenas de la Sierra de Lújar por un maltrecho camino. Prometemos que en otra ocasión daremos cuenta de ambas opciones.

A nuestras espaldas la impresionante mole de la Sierra de Lújar, coronada por sus antenas, y las zetas que traza la carretera que acceden hasta lo más alto.

Pero, como decíamos, hoy nos toca seguir hasta el Haza del Lino. Para empezar, en el cruce cambian el paisaje, gracias a la visión de las altas cumbres de Sierra Nevada, y el asfalto, por lo pronto más ancho y en mejor estado.

Las rampas, como decíamos ya no serán un problema a menos que hayamos vaciado nuestras fuerzas unos kilómetros atrás.

A punto de coronar, las rampas apenas sí oponen resistencia. Nos deleitamos con el paisaje.

Tras las últimas herraduras nos acercamos al alcornocal del Haza del Lino, el más alto del mundo según dicen, y que acaba de cumplir 150 años de edad. Lo vemos loma arriba cubriendo el Cerro de la Salchicha, techo de esta sierra, pero no será hasta coronar cuando nos terminemos de adentrar en él.

El cartel del puerto se ubica unos pocos de metros antes del verdadero alto, que se sitúa a 1.299 m. de altitud.

El puerto se ha convertido en un balcón hacia la costa y los continuos apartaderos invitan a hacer un alto y deleitarnos en la contemplación del panorama. Tras un falso llano final alcanzamos la cima a casi 1.300 m. de altitud, después de pasar el cartel indicativo del Haza del Lino. Hasta la venta, sin embargo, hay que bajar varios cientos de metros. Una vez allí, tras reponer fuerzas, la encrucijada de La Contraviesa nos ofrecerá múltiples y variadas opciones de seguir nuestra ruta… Difícil elección.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.

Mapa:

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