Altimetrías

Puerto del Madroño por San Pedro de Alcántara, un puerto de lujo.

Estado del firme:****

Dureza:**

Volumen de tráfico:****

Consejos y sugerencias: evitar tanto el ascenso como el descenso del puerto en aquellos momentos en que el tráfico es más incómodo, es decir, en época estival. No obstante el trasiego de vehículos de motor, sobre todo al inicio de la subida, siempre suele ser molesto y peligroso.

El puerto del Madroño desde San Pedro goza de un asfalto impecable, unas panorámicas envidiables y unas rampas llevaderas, aunque, por desgracia, soporta un tráfico demasiado voluminoso para un ascenso que -en caso contrario- podría convertirse en uno de los mayores paraísos ciclistas de la Costa del Sol.

Las inmediaciones de San Pedro de Alcántara albergan el inicio de una de las subidas más concurridas de la Costa del Sol, el puerto del Madroño. Se trata de un ascenso largo, de más de 20 km. si lo comenzamos en las inmediaciones de la A-7, que conecta Marbella y sus alrededores con Ronda. Este hecho es lo que marca todo el ascenso de un puerto que, por otra parte, nos parece -permítasenos la expresión- absolutamente babeante.

Bueno, eso nos parece a nosotros y así debe parecérselo a la innumerable caterva de moteros que tienen a bien gustarse en el trazado de las curvas de la A-367 en que se ubica el puerto.

Es esta carretera, según las estadisticas de la DGT, la más peligrosa de la provincia de Málaga y a fe nuestra que no deben estar desencaminadas, pues ya hemos sufrido más de un susto y más de dos, tanto subiendo como bajando e incluso en otros puntos de la carretera posteriores al Madroño.

El sinuoso trazado de la carretera hace las delicias de motoristas y ciclistas en el descenso.

No es ya que haya mucho tráfico, que también, sino la aparición de otros factores como puedan ser la niebla, la lluvia, el hielo o la nieve en las zonas más altas de la carretera.

A veces no existe una causa justificada, sino simplemente el uso inapropiado de la vía que de ella hacen algunos conductores temerarios.

Por supuesto, basta con decir que el puerto soporta un voluminoso tráfico de vehículos para encontrar a algún cicloturista que jura y perjura haberlo ascendido sin cruzarse apenas con algún coche. En cualquier caso, desde estas líneas recomendamos muchísima precaución tanto al subir como al bajar.

Rotonda de inicio del puerto. El tráfico es constante desde el inicio hasta casi mediado el puerto.

Pero, si vamos a disponernos a subir el puerto, una vez aceptado su mayor inconveniente, tal vez sea oportuno disfrutar lo máximo posible de su lado bueno: se trata de un puerto con números de cierto empaque, sobre todo por su longitud y desnivel acumulado, se encuentra cercano a una zona de veraneo de fama internacional -por si decidimos que a las vacaciones familiares nos acompañe la bicicleta- que, además, goza de una oferta cultural de lo más variada y, por supuesto, atraviesa parajes de excepcional interés natural.

Tras esta rotonda, abandonamos las inmediaciones de San Pedro de Alcántara y el falso llano inicial.

Por supuesto, San Pedro de Alcántara cumple con los primeros requisitos anteriormente expuestos. La que fuera en su origen una colonia agrícola fundada por en 1860 por el Marqués del Duero, es a día de hoy una Tenencia de Alcaldía de Marbella, contando con una magnífica playa -de las mejores de la provincia-, abundante oferta hostelera y variada cultural (musical, museística, deportiva…). La propia población no se halla exenta de monumentos y lugares que bien merecen una visita tales como los interesantes restos de unas termas romanas o, muy cercanos a estos, los de una basílica paleocristiana (Monumento Histórico Nacional desde 1931) y los de una torre vigía del S.XVI.

De la época de su fundación y más reciente también existen edificios de interés, como la Iglesia de San Pedro de Alcántara (s. XIX), con un peculiar estilo colonial, o la actual sede de la Tenencia de Alcaldía, la Villa de San Luis (del mismo siglo), que fue residencia del Marqués de Guadalmina, entre otros.

Pero también hay una amplia oferta deportiva, no sólo a relacionada con el medio acuático, sino también con la privilegiada naturaleza que rodea San Pedro.

La oferta turística de zona es amplia. El golf, como podemos ver en los tenederetes ambulantes junto a la calzada, tiene una enorme acogida entre los visitantes de la Costa del Sol.

Y es que la población está rodeada por distintas serrezuelas que, en su mayor parte, conforman la denominada Sierra Bermeja (cuyas primeras estribaciones encontramos en Casares y que concluyen en la denominada como Sierra Real, en las inmediaciones de Istán). Esta sierra, de origen volcánico, está conformada por rocas peridotitas -abundantes en hierro y platino- en que le confieren el tono rojizo que le da nombre.

Su máxima altitud la encontramos en Los Reales de Sierra Bermeja (Estepona), montaña que no nos es desconocida en absoluto.

En las estribaciones de la sierra, los barrancos, las escorrentías, permiten actividades como barranquismo. Y, por supuesto, el senderismo es siempre una excelente opción, junto con el MTB.

Nosotros, que somos un caso perdido, nos aventuramos por la carretera… Ya desde el inicio el trasiego de vehículos es enorme. De hecho, son los kilómetros más próximos a la costa, mientras se sucedan las urbanizaciones, los de mayor trasiego de vehículos.

Hemos colocado el punto de inicio en una rotonda junto a la A-7 en que una larguisima recta sigue dirección norte con apenas unos puntos de pendiente positiva, pero no será hasta pasar por varias rotondas, ligero descenso incluido, que no comencemos la subida franca a este puerto. Sírvanos de referencia también el que en estas rotondas se empalma con la AP-7. Para evitar despistes, hemos de tomar siempre todas las salidas en dirección a Ronda.

Ya desde este punto y de forma intermitente durante los primeros diez kilómetros de ascenso se suceden a ambas márgenes de la calzada numerosas urbanizaciones conformadas por chalets y campos de golf.

La pintoresca urbanización de La Heredia.

Que nos adelanten o nos crucemos con coches deportivos de alta gama u ostentosas berlinas no será algo anecdótico ni casual: no es simplemente que nos encontremos próximos a Puerto Banús, sino que algunas de las urbanizaciones que dejaremos a nuestro lado son pura ostentación.

Inmersos en las consecuencias de la vorágine inmobiliaria de la Costa del Sol, la cuesta va a incrementar paulatinamente la pendiente hasta situarse en un 8% continuado a su paso por Las Colinas de Marbella y La Heredia, situada ésta última en una amplia curva de vaguada a izquierdas y fácilmente reconocible por el policromático aspecto de la urbanización. Transitamos por la que es probablemente la zona más dura del puerto.

Al poco coronamos un altillo seguido por un descansillo sin descenso que se prolonga por más de un cómodo kilómetro para seguir nuevamente un «in crescendo» en la escalada.

Zona suave del puerto, siempre con constantes salidas a urbanizaciones y con la Sierra Blanca de Marbella como telón de fondo.

Se caracteriza este tramo por el constante curveo y numerosas salidas hacia urbanizaciones varias, incluida una segunda hacia el Madroñal justo cuando la cuesta vuelve a ganar consistencia. A nuestra derecha se aprecian buenas vistas de la Sierra Blanca, características en todas las estampas de Marbella y, sobre todo, Puerto Banús.

Pero como lo único constante en el puerto es su irregularidad, tras unos 700 m. de los que agarran, otro nuevo descansillo hace acto de presencia. Nos vamos alejando de la costa y la vegetación empieza a ocupar el lugar robado por el cemento. Pedaleamos por una zona de bosque mediterráneo, con matorral y encinar que, más adelante, tornará en pinar.

Cartel de vialidad invernal a la derecha, luego el desvío hacia La Zagaleta. De frente la rampa que rompe el descenso y el trazado del puerto al fondo.

En este intervalo hemos abandonado la ladera oriental de la montaña para establecernos ya durante todo el puerto en ladera oeste. El cambio de aguas nos lo marca un colladito inmediatamente anterior al cruce de La Zagaleta, la que es considerada como más lujosa urbanización de Europa.

Un brevísimo descenso, dejando a nuestra izquierda el mencionado cruce, y nos encontramos de nuevo en faena. Un cartel azul nos informa sobre la vialidad invernal: no suele ocurrir durante mucho tiempo, pero tampoco es raro que alguna que otra vez al año ya por fuerte nevada o helada, ya por desprendimientos nos encontremos cortado el paso camino de Ronda.

Vamos ganando altura sobre la costa. Aún se pueden ver campos de golf en la ladera.

No queremos ni imaginar cómo debió ser la conexión con la capital de la Serranía antes del arreglo integral de la A-367 concluido en 1980 y que mantuvo cerrada al tráfico la vía durante cuatro años. Aún se conservan en algunos tramos los restos del trazado de la antigua vía y ponen los bellos de punta tan sólo de pensarlo.

En este punto también notaremos un descenso importante en el volumen de circulación de vehículos, por lo que rodaremos algo más tranquilos, sobre todo una vez superada la rampa posterior al descenso, que se pone al 8% y nos vuelve a alterar la respiración después de unos cuantos metros más cómodos.

Hay que aprovechar para repostar agua.

Hacia el sur se va abriendo la panorámica con el azul del Mediterráneo iluminando el horizonte. La carretera, una auténtica atalaya, está llena de apartaderos y áreas de descanso en el lado izquierdo de la calzada. Desde nuestra cada vez más privilegiada posición atisbamos un inumerable número de chalets y verdes campos de golf copando las laderas de los montes vecinos.

En constante curveo seguimos ascendiendo ya por una pendiente más atenuada y pronto llegamos a una agradecida fuente. Como el puerto es largo y el calor estival -unido a la humedad- agobiante, nos damos un respiro y llenamos el depósito… y los bidones.

La costa cada vez queda más lejos. El paisaje va adquiriendo marchamo de verdadera montaña.

Desde este punto restan aún unos 10 km. de ascenso y 500 m. de desnivel, por lo que las cuentas están claras: diez al cinco por cien. Un segundita hasta la cima.

Tras varias curvas, tomamos dirección norte remontando hacia la cabecera del Valle del Genal por las estribaciones de la Sierra Palmitera, otra de las serrezuelas que conforman la Sierra Bermeja. Bueno, lo de tomar dirección norte por decir algo, porque el serpenteo es continuo entre las vaguadas y pliegues de la montaña. El pinar se va adueñando definitivamente de las paredes de roca, mientras que la altura que ganamos nos permite divisar, en días claros, el estrecho de Gibraltar: fácilmente reconocibles las llamadas «columnas de Hércules».

Desde nuestra privilegiada posición somos testigos del cruce de miradas entre África y Europa en el marco del Estrecho de Gibraltar.

El trazado de la vía es perfectamente visible a media ladera, con algunas soluciones técnicas para superar los barrancos. Sin darnos cuenta llevamos ya varios kilómetros de ascenso constante, quizás el tramo más largo de la subida con cierta entidad.

La cuesta ha ido ganando consistencia. Al fondo un viaducto pegado a la ladera de la sierra.

Nos hemos ido introduciendo de forma paulatina en un bellísimo entorno serrano: no será raro que recibamos la visita de alguna cabra, aunque se suelen ver en zonas más altas del camino.

Casi sin percatarnos y sin proponérnoslo hemos aumentado la cadencia de nuestro pedaleo y es que de nuevo volvemos a encontrarnos una tregua en la cuesta hasta llegar a una segunda fuente.

A la derecha se observa la señal de aparcamiento junto a la fuente. Al fondo, siguiendo la línea de la carretera, la Venta del Madroño.

Ya antes de la fuente, donde se ha habilitado incluso una zona de aparcamiento debido a la frecuencia con que los vehículos suelen parar, podemos observar en la ladera la una casita puerto arriba, junto a la carretera, que no es más que la Venta del Madroño, por donde transitaremos en poco más de dos kilómetros.

Tanto la fuente como la venta nos van a servir de referencia de esta parte final: cuatro kilómetros nos quedan desde aquella que irán incrementando su dureza de forma progresiva hasta pasar por ésta donde la rampa pica hasta el 9%.

Desde las inmediaciones de la Venta del Madroño, echamos un vistazo valle abajo.

La venta -frecuentada por numerosos moteros- se encuentra en una cerrada curva que nos permite alguna de las mejores panorámicas de esta parte alta de la subida, tanto hacia abajo (con el trazado de la carretera en las laderas) como hacia arriba, con el collado ya a la vista anticipándose a las blancas calizas de la Sierra de las Nieves.

Al salir de la curva de la venta intuimos el collado y, tras el, asomando tímidamente, algunas cumbres de la Sierra de las Nieves.

Si nuestra condición física no es la más apropiada, probablemente la longitud de puerto nos haya pasado factura ya; si no es así, a buen seguro lo va a hacer a partir de este punto, pues la pendiente media se va a acercar muchísimo al 7%.

Aunque no resta mucho para coronar, nos parece que no vamos a alcanzar nunca la cima, como si este kilómetro final se estirara como un chicle.

Recta final.

Por fin, tras un curveo, encaramos la última recta con la piramidal -aunque algo roma- cumbre del Cascajares cerrando el horizonte. Notabilísimo el contraste de colores entre la Sierra Bermeja y la de las Nieves, pese a su vecindad.

El cartel del puerto lo vamos a encontrar en el cruce de Pujerra (carretera muy recomendable para todo cicloturista), aunque aún sigue subiendo unos metros más hasta llegar al cruce con una pista terriza que llega hasta unas antenas, visibles desde la carretera algún kilómetro atrás.

La obligada foto con el cartel, con el cruce de Pujerra a la izquierda de la imagen.

Desde este punto la carretera, lejos de descender, se mantiene unos diez kilómetros llaneando para posteriormente bordeando unos profundos barrancos para volver a subir un par de km. más hasta las inmediaciones de unas canteras en Sierra Blanca, donde se ubica un monumento a Rilke, antes de volver a bajar hacia Ronda. Localidad que confiere su nombre al conjunto de todas estas sierras, porque, en definitiva, todas estas montañas se engloban dentro de la Serranía de Ronda.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

Mapa:

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