Altimetrías

Puerto de Encinas Borrachas por Jimera de Líbar, prehistórico paso hacia la mesa.

Estado del firme:***
Dureza:*
Volumen de tráfico:**
Consejos y sugerencias: si vienes a conocer este puerto, no debes dejar pasar la ocasión de recorrer el valle del Genal, sus carreteras y pueblos. Más que recomendada, la visita a Ronda es obligada.

Pocos son los puertos montañosos que, como éste de Encinas Borrachas, pueden presumir de su rancio abolengo: los primeros datos de su utilización parecen remontarse a la prehistoria, en concreto, al tercer milenio a. C. según la datación de los restos humanos hallados en los Dólmenes de Encinas Borrachas. Lo más probable es que se tratara de pastores que, conduciendo el ganado desde las zonas altas de sierra a las bajas del valle, iban en busca de pastos cuando arreciaban los fríos invernales y que regresaban a la altiplanicie rondeña con la llegada de la primavera y el deshielo, costumbre ésta que se sigue practicando en la actualidad en zonas de alta montaña como, por ejemplo, en algunos pueblos de la Alpujarra.
Cerca del puerto, aún se conservan restos del que parece ser el posterior trazado de la carretera en época histórica. Se trata de la vía romana que unía Carteia (San Roque) con Acinipo (Ronda la Vieja), aunque hay duda de si los mencionados restos son romanos o medievales, parece que, en cualquier caso, se corresponde con el trazado que hicieron los primeros.
De especial protagonismo gozó este paso montañoso entre los viajeros románticos, quienes embelesados por las maravillas que oían contar de Ronda, acudían desde el puerto de Algeciras a conocerlas in situ penetrando por Encinas Borrachas.

A la derecha de la imagen, entre calizas, se atisba el paso natural conocido como «puerto de Encinas Borrachas».

Nosotros, en esta ocasión, remontaremos el puerto situando su inicio en la cabecera del Guadiaro, a los pies de Jimera de Líbar, justo al tránsito por un puente que lo cruza.

La carretera, estrecha, serpentea a los pies de la población para dejarla a un lado, concretamente a la izquierda en el sentido de nuestra marcha. Una fuente, adosada a una vivienda en las afueras, será lo más cerca que transitemos de Jimera, población típicamente serrana de esas que llaman “pueblos blancos” y que hunden sus raíces en tiempos de los moros.

Tras el paso junto a Jimera la carretera busca Atajate por la hoz que excava el arroyo Atajate, también llamado del Molinillo.

Al poco, nos vamos a introducir en una garganta de la que sólo habremos de salir en el cambio de aguas, es decir, al pasar del valle del Guadiaro al del Genal, a unos escasos metros de la encrucijada de Gaucín.
La rampa, muy constante en su ascenso, se va a situar durante cuatro kilómetros entre la horquilla del 5-6% de pendiente media, con puntas que en contadas ocasiones alcanzarán el 10%.

Paisaje típicamente Mediterráneo del inicio de la subida, en claro contraste con la parte final.

Coronado un altillo llegamos al mencionado cruce, justo a la altura de Atajate, el municipio con menor número de habitantes de la provincia malagueña. A partir de aquí afrontamos la última parte del ascenso, la de mayor dificultad, con unos tres kilómetros entre el 8% y el 6% por una carretera que hace unos años ha sido completamente reparada y aderezada con numerosos miradores que nos permiten contemplar con total tranquilidad la grandeza paisajística del Valle del Genal, lo que le ha valido el sobrenombre de la “carretera de los miradores”. Así, camino de Algeciras, en el puerto del Espino tenemos, por ejemplo, el “Mirador del Guadiaro” con vistas al valle homónimo, en dirección a Ronda el “Mirador del Fraile”, en referencia a Fray Leopoldo de Alpandeire y con vistas a esta hermosa localidad.

Coronamos el primer altillo y cambiamos de carretera, más ancha y en mejor estado, justo en Atajate.

La carretera, que se ha ensanchado, se va a empinar tras un segundo cruce a Atajate a la par que el paisaje se amplia hacia los blancos montes calizos de apariencia lunar que separan el Valle del Genal de la mesa rondeña.
La carretera trepa sinuosa con el cortado a la derecha y los pueblos del alto Genal a la vista, entre los que se nos destaca Alpandeire desde el mirador que lleva su nombre, justo al concluir este tramo más duro del puerto.

Cuando la vegetación desaparece, el paisaje adquiere un aspecto lunar. La mano del hombre ha tenido mucho que ver en esto.

Tras algo más de un kilómetro y medio de descenso, retomamos la subida, mucho más liviana, hasta coronar el collado natural, trecho final que nos permitirá dedicarnos al “ciclismo contemplativo”. Coronamos el puerto de Encinas Borrachas a poco más de 1.000 m. sobre el nivel del mar (1.000 m. señala el cartel de la cima) en una zona despoblada de vegetación (de hecho así lo viene siendo desde hace ya varios km.) y continuamos, después de un nuevo y breve descansillo, en suave ascenso hasta el punto más alto de esta hermosa carretera situado a 1.028 m.

Vistazo hacia atrás, con la Sierra Crestellina cerrando el Valle del Genal allá en lontananza.

Concluimos, por último, con un par de curiosidades más sobre el puerto. En primer lugar intentaremos dar cuenta de su peculiar nombre, Encinas Borrachas, que parece responder a la antigua existencia en el lugar de un encinar, hoy desaparecido por la mano del hombre, cuyas encinas, probablemente por efecto del viento, se inclinaban dobladas –como borrachas- hacia un lado o bien a que –lo dejamos a elección del lector- el viajante llegaba a su cima tan mareado por las curvas que veía las encinas tambalearse; en segundo lugar hay que explicar por qué motivo la cima del puerto no está en la parte más alta como suele ser habitual, sino un poco más abajo. Pues bien, parece que la antigua vía hasta Acinipo, situada al noroeste de Arunda (Ronda), seguía un trazado distinto del actual, de modo que al coronar el puerto continuaba recto por el llamado llano de Encinas Borrachas (que se inicia donde se corona el paso natural), mientras que en la actualidad la carretera realiza un giro a la derecha y sigue subiendo un leve tramo, para después girar a la izquierda y descender hasta Ronda.

Paso histórico, incluso «prehistórico» de Encinas Borrachas. Frente a nosotros se abre el «llano de Encinas Borrachas» y a lo lejos se divisan la Sierra de las Nieves y el collado natural que forma el puerto del Viento.

Así pues, el cartel lo encontramos donde por la historia milenaria de Encinas Borrachas debe estar.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.


Mapa:

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