Altimetrías

Puerto de Peñas Blancas por Estepona, el deseado.

Estado del firme:****
Dureza:**
Volumen de tráfico:**
Consejos y sugerencias: el ya inminente -según parece- asfaltado de la vertiente de Genalguacil nos invita a sugerir la ruta circular bajando bien por aquí, bien por Jubrique.

Peñas Blancas es, sin lugar a dudas, uno de los más hermosos ascensos de la Costa del Sol.

Muchos años pasaron desde que el puerto de Peñas Blancas se ascendiera por primera vez en una carrera amateur hasta que, por fin, en 2013 fuese utilizado por la carrera nacional de mayor prestigio del calendario ciclista, la Vuelta a España.
Para nosotros por “motivos personales” Peñas Blancas se había convertido en un puerto deseado, ya que durante muchos años ha sido uno de nuestros ascensos «fetiche”, lugar de disfrute y de sufrimiento, de entrenamiento, de puesta a punto, incluso de rutas a pie…

Sierra Bermeja guarda en sus faldas uno de los pocos pinsapares de la comunidad, algo que lo hace apetecible también para amantes del senderismo. Al fondo, la cumbre de Los Reales coronada por varias antenas.

Así que el hecho de que en la presente edición de la Vuelta a Andalucía se vuelva a ascender -deseando que sus apariciones no sean esporádicas y que pronto se le dé más uso que el de simple final en alto- es para nosotros motivo de enhorabuena.
Como ya en nuestra web habíamos dedicado una entrada a este puerto y su prolongación hasta la misma cima de Los Reales, queremos añadir aquí la altimetría incluyendo sólo los kilómetros hasta el puerto natural y el inicio tradicional del mismo, que es bien diferente de aquella variante del Arroyo Monterroso.
Describiremos ahora, pues, simplemente ese inicio diferente hasta el cruce en que convergen ambas, repitiendo luego las palabras que entonces empleamos para el resto del puerto.
Como punto de partida clásico se toma siempre una rotonda junto al paseo que está adornada con los emblemas de la comunidad andaluza, Hércules, los leones y las columnas. Desde aquí, a escasos 5 m. sobre el nivel del mar, nos adentramos en la población costasoleña por una calle en suave pendiente durante casi un kilómetro hasta que, en un cruce con escasa señalización -si no ha cambiado en los últimos años, se nos indica camino a Genalguacil, aunque no se ve claramente desde donde venimos ascendiendo- giramos a la derecha en una fuerte rampa.

Puente sobre la A7, previo al inicio franco del ascenso.

Cuando la pendiente ceja, atravesamos un puente sobre la autovía y la cuesta vuelve a empinarse.
A continuación el puerto sigue durante tres kilómetros una tendencia irregular consistente en la sucesión de fuertes repechos y descansillos, unos descansillos que propician que la pendiente media del tramo no sea mayor y que camuflan, por tanto, la verdadera dureza de este inicio que se suele atragantar a quien no ha puesto a punto la maquinaria. Por suerte el piso está en buen estado y no dificulta el pedaleo.

A punto de concluir el primer tramo de ascenso, antes de ganar un largo descansillo.

Entre urbanizaciones y chalets se va adentrando la carretera en la Sierra Bermeja, casi siempre con la mole de Los Reales de frente y con frecuencia con el trazado inmediato de la carretera a la vista.
Un altillo mediado el quinto kilómetro de ascenso, nos deja en un falso llano que enlaza, antes de recuperar la cuesta, con la vertiente que asciende desde el arroyo Monterroso.

El tramo más duro del puerto, con rampas constantes por encima del 10%.

Buscamos un segundo altillo antes de afrontar los 9 km. finales al 7% de media: sólo este tramo final del puerto merecería la primera categoría.
Tras una amplia vaguada a izquierdas, retomamos el ascenso con una herradura a derechas perfectamente enlazada y nos topamos de bruces con un tremendo rampón que parece no tener fin: tendremos que superar casi un kilómetro en que las rampas no bajan del 10%.
Con el curveo vuelve la calma y el puerto se mantiene en rampas constantes entre el seis y el ocho por cien hasta la cima, con zonas de quieto descanso y con rampas potentes, como tras una de las varias herraduras a izquierdas que se divisan colgadas en la colorada ladera de la montaña. Serán ocho kilómetros muy largos si las piernas no responden, aunque a medida en que vayamos devorando metros y ganando altitud se irá apoderando de nosotros la creencia de estar en uno de los puertos más bonitos del Mediterráneo andaluz.

Entre el pinar asoma el azul el Mediterráneo.

Recodos de verdadera belleza, con un pinar que da continuidad a las encinas de la parte intermedia, balcones con vistas al mar que alcanzan su punto culminante en la última herradura a izquierdas, una de ésas que se quedan en nuestra retina para siempre. Hasta la niebla aporta un halo mágico a este ascenso cuando aparece en las proximidades de su cima.

En las proximidades de la cima un claro nos permite contemplar la línea de costa.

Coronamos y, en la encrucijada del puerto, se abre el horizonte hacia el valle del Genal. La foto con el cartel es de rigor. Y luego, tras hacer ganas, es recomendable continuar hacia el refugio y el mirador de Los Reales hasta poco menos de 1.300 m. de altitud, e incluso aventurarse hasta la cima, junto a las antenas, por pista de tierra recientemente remozada.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.

Mapa:

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