Altimetrías

Venta La Nada, de los Montes a la costa.

Estado del firme:*****

Dureza:*

Volumen de tráfico:***

Consejos y sugerencias: Simplemente hay que tener en cuenta la longitud del puerto, ya que no su dureza. Además, al inicio el tráfico suele ser algo más molesto, así como a lo largo de todo puerto los fines de semana. Es absolutamente recomendable subir el puerto en enero o febrero cuando la flor del almendro nos muestra todo su esplendor en los Montes de Málaga.

Lo cierto es que jamás se nos habría ocurrido llevar a cabo la medición de esta vertiente de la Venta la Nada (mejor que Puerto del León, que queda algo más lejos y más bajo) de no ser por su inclusión en la presente edición de la Vuelta a Andalucía. Y es que, como puede verse, el puerto no es gran cosa, excepto por su longitud. Otro cantar más melódico habría sido el comienzo por Riogordo, a desmano para el recorrido de la carrera, pero más de nuestro agrado.

De hecho, el primer problema que nos planteamos antes de subirlo fue la colocación de su inicio, ya que ubicarlo después de Colmenar –que es donde lo ha situado la organización- implicaba dejar un buen trecho de ascenso fuera del puerto. Finalmente y habida cuenta de que la organización lo puntúa como primera categoría (aunque más por ser un puerto histórico que por otra cosa, suponemos) nos decidimos a alargarlo desde las inmediaciones de Casabermeja, lugar a partir del cual la tendencia de la carretera, a pesar de algún descansillo y falso llano, es siempre ascendente. Con todo, como decimos, el puerto no alcanza la primera categoría.

Inicio del puerto, suave en los primeros kilómetros.

De inicio, tras descender un duro repecho si venimos desde Villanueva de la Concepción (como es el caso de la carrera) o desde Almogía y Puerto de la Torre, nos encontraremos con un falso llano ascendente durante algo más de dos kilómetros hasta que las rampas ganen consistencia. Será en la aproximación a la autovía cuando la pendiente se ponga seria por primera vez alcanzando puntualmente el 12%.

Al punto, dejamos el desvío a Casabermeja a nuestra derecha. En el pueblo destaca su afamado camposanto –declarado monumento histórico-artístico en 1980-, cuyos panteones son perfectamente visibles desde la autovía hasta el punto de extenderse la creencia de que en Casabermeja se entierra a los muertos de pie. Por lo demás, su característica fisonomía a base de casas encaladas que se apiñan en la ladera de la montaña evoca el pasado árabe tan común en los pueblos blancos andaluces.

Pasamos sobre la autovía buscando el final de este primer repecho. Tras coronarlo se suceden siete kilómetros muy cómodos, uno de ellos en claro descenso y el resto de falso llano, casi siempre ascendentes. La única dificultad posible que nos podemos topar en este tramo es el viento.

Antes del cruce de Colmenar ya entramos en la famosa Axarquía.

Pero poco antes de llegar al cruce que nos lleva hasta Colmenar la pendiente de la carretera irá in crescendo y, aunque irregular, la tendencia se mantendrá durante los siguientes seis kilómetros.

En éstas alcanzamos Colmenar que, como hoy para nosotros, ha sido históricamente por su enclave entre el interior y la costa -concretamente en el antiguo camino hacia capital malagueña- un lugar “de paso” de diferentes culturas desde época prerromana. Y nosotros no haremos más que rozar la esquinita de un pueblo que, sin embargo, se nos va a mostrar en todo su esplendor poco más adelante a vista de pájaro. A la salida nos toparemos con el tramo más entretenido del ascenso debido a la sucesión de varias curvas mientras nos introducimos, de lleno, en la carretera de los Montes.

Curveo posterior a Colmenar.

Ésta carretera era la antigua vía de comunicación entre el interior y la capital, por lo que antes de la construcción de la autovía soportaba un grandísimo volumen de tráfico, habiéndose quedado a día de hoy prácticamente desierta de no ser por los turistas que acuden a conocer la comarca o de los malagueños que durante los fines de semana escapan de la urbe. Un pulmón como los Montes a salto de mata de una gran capital como es la malagueña se nos antoja todo un lujo.

Tras una vaguada a izquierdas, un apartadero en la carretera hará las veces de mirador hacia Colmenar y las crestas calizas a su espalda de la Sierra de Alhama, los “Pirineos del Sur” al decir de algunos aficionados, y la de Tejeda al Este.

Bellísimo enclave en que se ubica Colmenar.

Por terreno irregular a base de toboganes, continuamos el camino con la idea de que el siguiente repecho será el definitivo hasta que se muestra la carretera subiendo un poco más arriba. La Axarquía, a nuestra derecha, aparece representada por Comares enseñoreándose, altivo, desde la blanca cresta de su cerro… en nuestra opinión, uno de los más hermosos pueblos de la provincia.

Tramo constante de toboganes en la parte final del puerto.

Seguimos haciendo camino cuando tras una curva cerrada a derechas nos encontramos con la Venta la Nada, nuncio inequívoco del final de la cuesta y que, además, le confiere su nombre. Y precisamente esto, su nombre, nos ha llamado la atención. Del dueño de la venta, en funcionamiento desde 1924 –aunque el edificio es anterior- se dice que recordaba constantemente a los obreros que la remodelaban -según parece un poco haraganes- que no hacían nada y que él -es de suponer que un gran trabajador- había levantado el negocio sin tener nada. Se conoce que, a fuerza de repetir tanto “nada”, Nada acabó siendo el nombre de la venta.

Última recta, con la venta La Nada a la derecha aunque no se aprecie en la imagen.

700 m. después de la venta coronaremos el punto más alto de la carretera de los Montes, curiosamente más alto que el puerto del León, donde se inicia el descenso continuo hasta Málaga.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.

Mapa:

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s