Estado del firme:***
Dureza:*
Volumen de tráfico:**
Consejos y sugerencias: la zona serrana de la Sierras de Alhama y Tejeda bien merece una ruta a base de enlazar puertecillos por el entorno del Embalse de Los Bermejales o la Poljé de Zafarraya. Su entorno no nos dejará indiferentes.

Alhama de Granada, principal población de la zona y que aporta su nombre a la comarca, estará presente durante la primera mitad del ascenso.
El ascenso al alto del Navazo por su vertiente norte, la que toma su inicio por Alhama de Granada, es una de esas subidas que aúna todos los requisitos que consideramos idóneo para la práctica del cicloturismo: de una parte, el medio natural por el que vamos a transitar, junto a los tajos de Alhama, adentrándonos en el conjunto de serrezuelas que reciben la denominación del pueblo, en pos de el único ejemplo de bosque mediterráneo de la provincia granadina; de otro lado, estrechamente ligados, la historia del lugar y el patrimonio cultural que el paso de los distintos pobladores han ido legando a Alhama, patente desde el inicio, cuando dejemos a nuestra derecha el acceso a los Baños Árabes y cuando varios cientos de metros después distingamos en la estampa de Alhama algunos de sus más destacados monumentos; y todo ello entronca perfectamente con nuestro deporte favorito si, junto al puertecillo objeto de comentario, aderezamos el recorrido con un buen repertorio de las múltiples cotas que por la comarca podemos encontrar: alejados de las grandes pendientes y sin dureza excesiva, de tal manera que en todo momento nos concedamos el placer de disfrutar de nuestro deporte.
Comenzamos el ascenso al punto de atravesar el puente sobre el río Alhama en la A-402 a poco más de un km. de la población y casi no hemos terminado de cruzar el río cuando, a nuestra derecha, vamos a encontrar un desvío hacia uno de los más destacados atractivos de esta localidad granadina: su balneario.
El topónimo de origen árabe «Alhama» hace referencia a los baños termales que venían siendo aprovechados ya desde época romana y que continúan prestando servicio en nuestros días. Aunque apartados de la población, se encuentran recogidos dentro del conjunto histórico-artístico y aún prestan servicio en el Hotel Balneario, donde podemos ver los restos conservados de los arcos de época califal edificados sobre las originales termas romanas de principios de la época imperial. De esta época, al poco de tomar el mismo camino del balneario, podemos contemplar también un pequeño puente, aún en pie.

De inicio, buscando el pueblo, rodamos en paralelo al río, que quedaría a la izquierda de la imagen.
La subida, de inicio, sigue prácticamente paralela al río con la población ante nosotros. Las techumbres se apiñan acomodándose en la ladera de la montaña y enriscándose hacia nuestra izquierda en el punto en que el cauce del río se angosta formando los famosos «Tajos de Alhama». Destaca, por su obra y por su tamaño, un edificio por encima de los demás: la Iglesia Mayor de Santa María de la Encarnación, construida sobre la antigua mezquita por mandato de los Reyes Católicos, de estilo tardogótico y renacentista. Pero esta obra es simplemente la muestra más fácilmente visible de lo que es esta población, ya que todo el casco antiguo de Alhama de Granada está considerado Bien de Interés Cultural: la Iglesia del Carmen (ss. XVI-XVIII), los restos del antiguo Convento de los Carmelitas, el Convento de San Diego, la Iglesia de las Angustias, la cárcel, el pósito (s. XVI), la casa de la Inquisición (tardogótica), el mencionado puente romano (s. I), el acueducto (s. XVI), el Hospital de la Reina (ss. XV-XVI) y, por supuesto, los Baños (s. I y s. XIII), entre otros muchos más atractivos, dan una idea -con sólo enumerarlos- de lo que podemos encontrarnos en un apacible paseo por las callejuelas del pueblo.
Nosotros, en nuestro camino, vamos a continuar por la carretera, que atraviesa el pueblo, no sin antes trazar un par de giros de 180º en sendas rotondas. Las rampas iniciales que se han llegado a situar hasta en el 8% dan en el intervalo entre giros un pequeño respiro antes de volverse a inclinar de nuevo.
Aunque parece que vamos a abandonar la travesía, lo cierto es que la población nos queda en todo momento próxima a la carretera hasta que dejamos atrás una curva de vaguada a izquierdas mediado el tercer kilómetro. Tras la curva una última urbanización de adosados y volvemos a carretera abierta.
En las laderas, entre algún campo de cultivo, predomina un vasto olivar; junto a la carretera también almendros y matorral.
Sin rampas de fuste continúa el ascenso que, tras el cruce hacia Játar, trazará varias curvas que, sobre todo, nos van a ofrecer una magnífica perspectiva del entorno de Alhama e incluso buenas panorámicas de la población. Los Tajos, por su parte, no alcanzamos a verlos desde la carretera en ningún momento y ni siquiera llegamos a adivinarlos. Lo mejor par ello es realizar ruta a pie.
Poco a poco vamos alcanzando una zona elevada de monte. El puerto se deja hacer, aunque cuando más confiados estamos en superarlo con facilidad, un último repunte de la pendiente nos hace dudar por unos instantes.
Sin embargo, el último kilómetro y medio será prácticamente llano hasta llegar al cartel de El Navazo. Esta parte final, muy agradable, nos concede unas fantásticas panorámicas de la Sierra de Tejeda y una incursión por el bosque mediterráneo.
GALERÍA FOTOGRÁFICA.
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