Altimetrías

Alto de la Gallina, paseo entre Los Bermejales y Alhama.

Estado del firme:***

Dureza:*

Volumen de tráfico:*

Consejos y sugerencias: no supone ningún reto, ni es de los más bonitos de la zona, pero siempre viene bien para trazar rutas por los parajes del entorno de Los Bermejales. Tan sólo el viento puede privarnos de disfrutar del paseo que supone su ascenso.

Subida amable y tranquila, con buenos paisajes en su zona final.

Partimos de la coronación del Embalse de los Bermejales camino de Alhama de Granada por una carretera que, una vez abandona el adoquín de la presa, se convierte en buen asfalto hasta la cima del puerto.

El entorno de inicio es verdaderamente bello, con las aguas turquesas del embalse y la Sierra de Tejeda cerrando el fondo aún de blanco por las últimas nieves.

El embalse de los Bermejales se encuetra en el corazón de la Sierra de Alhama.

Quizás las más duras rampas del puerto, sin ser gran cosa -porque no son gran cosa-, las vamos a encontrar al poco de salir de la presa, justo antes de llegar al cruce de Jatar, en plena herradura a derechas.

Una zona de pinares ha dado paso al olivar, tan característico por el poniente granadino y por la comarca de Alhama. Sin embargo, la carretera pronto se verá flanqueada por una hilera de pinos que nos van a acompañar de forma intermitente en nuestro ascenso hasta la cumbre de este Alto de La Gallina.

Buena parte del ascenso la realizaremos flanqueados por una hilera de pinos.

Lo cierto es que muy poco hay que reseñar de esta subida, ya que a unos cuatroscientos metros del referido cruce de Játar, el puerto baja aún más su exigencia y se convierte en un paseo. Tan sólo un fuerte viento frontal puede amargarnos este dulce.

A la derecha se abre un barranquillo, angostura excavada por el río Cacín, cuyas aguas colman el Embalse de los Bermejales.

Más allá de las estrecheces del Cacín, el puerto tampoco ofrece gran cosa, al menos nada que nosotros hayamos considerado digno de reseñar, excepto quizás las magníficas vistas de Sierra Nevada de que podemos gozar en el tramo final de ascenso, siempre que echemos la vista atrás, lo cual será recomendable sobre todo unos metros antes de coronar el alto, donde un recodo a la derecha de la vía nos incitará a detener la marcha.

La cima, con la angostura excavada por el río Cacín a la izquierda de la imagen y, al fondo, el embalse.

Una muesca más, en fin, en nuestro registro particular de ascensos, aunque no de las más marcadas: no todo son colosos aquí… Granada también puede darnos un respiro de vez en vez.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.

Mapa:

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