Altimetrías

Venta La Gloria, por Valle del Sol… la otra emboscada.

Estado del firme:****

Dureza:**

Volumen de tráfico:*

Consejos y sugerencias: como siempre cuando uno tiene que afrontar una pared de esta guisa, lo único recomendable es desarrollo adecuado, paciencia y no dejarse engañar por la longitud del puerto.

Llegando al cruce de Puerto La Torre y el embalse de Casasola. Aquí se acaba el primer tramo duro del puerto.

Arranca esta subida, melliza de la que parte desde el puente de las Palomas varios cientos de metros río arriba, en un vado sobre el río Campanillas cuyo cauce, seco o no, encontramos adornado de adelfas.

Cauce del río, tomado desde el vado donde se inicia el puerto cerca de la cola del embalse de Casasola.

Entre la Finca de Los Llanos y la de Téllez, muy próximos a la cola del embalse de Casasola tiene inicio el duro repecho que en poco más de un km. empalma dos carreteras: la que tras rodear el embalse continúa hacia Villanueva de la Concepción y la que atraviesa la presa camino de Almogía, carreteras ambas que ya procedían de una misma desde Puerto de la Torre y que se habían bifurcado.

En impecable estado, incluso mejor que la carretera que sigue hasta Villanueva, vamos a bajar unos metros hasta el vado para comenzar a ascender suavemente durante unos instantes. Si hemos venido desde Villanueva no nos vamos a llevar una sorpresa cuando tracemos la segunda curva a izquierdas y veamos el rampón que tenemos que remontar; sin embargo, si llegamos desde Puerto de la Torre el susto puede ser mayúsculo.

Se trata de una encerrona en toda regla y, si los colegas de grupeta os han traído por aquí sin contaros nada, es que os están «buscando las cosquillas» descaradamente.

Una de las pocas herraduras que nos encontramos en pleno ascenso a esta pared.

Largo no va a ser el calvario, pero intenso lo suyo: durante poco más de un km. la pendiente media se sitúa en un 14%, cifra nada habitual dentro de la provincia para un km. entero asfaltado. Las máximas superan el 20% al inicio, para dar la bienvenida, y justo antes del empalme con la carretera del embalse, para despedirse. Entre medias, puntas del 20 y del 19 por cien si apenas tregua.

Para colmo de males, el calor campa a sus anchas en el barranco -no en vano estamos muy cerca del Barranco del Sol, que se llamará así por algo…-, lo propio por estos lares y la vegetación tampoco aporta refugio, pues olivos y almendros apenas cuentan con copa para entoldarnos.

Las rampas nos obligan a retorcernos.

Pero una vez aquí, hay que continuar para adelante. Lo mejor es engranar desde inicio la corona más grande que llevemos y hacer fuerza con piernas, brazos, riñones… ¡con el cielo de la boca, si hace falta!

Acabado el muro, giramos a la derecha y continuamos por un falso llano ascendente. Se trata del clásico tramo que sirve para recuperar fuerzas a menos que a alguien se le ocurra que es el sitio adecuado para seguir apretando y continuar la tortura.

Última herradura justo antes del empalme con la carretera del embalse.

Al menos, si nos permiten levantar la cabeza del manillar, podemos disfrutar de unas vistas espléndidas que antes quedaban a nuestra espalda.

Al fondo el valle que excava el río Campanillas, incluso alguna de las cortijadas donde iniciábamos el ascenso, a lo lejos cierra el horizonte la Sierra de la Chimenea, famosa por albergar el Torcal de Antequera.

Pero lo peor no es lo ya superado, sino lo que aún queda por superar. Porque el puerto, llegados a otro cruce, continúa subiendo. En efecto, dejamos a la derecha el desvío hacia la población de Almogía, y seguimos camino de Los Núñez.

Duro tramo final. La foto es previa al reasfaltado.

Esta carretera, que hace unos años contaba con un tramo cementado, ha sido recientemente reasfaltada por completo y se encuentra en impecable estado. Hasta aquí todo bien, porque lo verdaderamente preocupante serán, de nuevo, los dígitos.

La cuesta, en efecto, va a ir empinándose paulatinamente. Los últimos 500 m. rozan el 15% de pendiente media; los 300, el 17.

Una suerte de silo o de depósito de agua nos marcan desde lejos la cima del puerto, donde encontraremos un mirador.

La carretera, perfectamente visible desde lejos, da verdadero pánico. Así que, de nuevo, todo engranado y a subir a chepazo limpio, como sea, hasta alcanzar la cima.

Sí que nos han preparado una buena encerrona, sí. De las que se anotan en la agenda.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.

Mapa:

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