Estado del firme:*****
Dureza:**
Volumen de tráfico:*
Consejos y sugerencias: recomendabilísimo ascender el puerto en días claros, ya que nos ofrece panorámicas excepcionales.
Para pedalear desde de Hornos de Segura hasta Pontones y Santiago de la Espada existen a día de hoy dos alternativas posibles por carretera asfaltada: la más nueva, de mejor y más corto trazado, la acabamos de comentar arriba; la más vieja ocupará las siguientes líneas. Se trata de la carretera conocida como de La Cumbre por los lugareños y que ha quedado –así lo advierte un cartel en el cruce de Hornos- para uso obligatorio del tráfico pesado, ya que cuenta con pendientes más asequibles que su moderna vecina. Una razón de peso, pues, la que mantiene abierta y en perfecto estado una carretera que nos hará gozar de paisajes de cuento de hadas y que, además, ronda en dureza la primera categoría: casi 20 km. de longitud, más de 800 m. de desnivel, rampas moderadamente duras y, sobre todo, paisajes de ensueño en la más absoluta tranquilidad.
Aunque nos encontramos junto al Embalse del Tranco de Beas, abastecido principalmente por las aguas del Guadalquivir, el pueblo que nos sirve de referencia es Hornos de Segura. Y es que Hornos fue, tras su conquista en 1239 por Pedro Pelayo Correa, anexa a la jurisdicción de Segura de la Sierra.
A caballo entre las dos cuencas pedaleamos, partiendo de las proximidades del Guadalquivir en dirección a las fuentes del Segura, allá en Pontones.
El primer kilómetro y medio no presentará ninguna dificultad e, incluso, cuenta con algún descenso, pero a partir de una vaguada a derechas, las rampas se van a situar en un 8% constante durante los siguientes dos mil metros.
Arriba, asoma Hornos con su penacho de piedra. Las ruinas del castillo, de origen musulmán y que reconstruyó en su momento la Orden de Santiago, fue baluarte de la defensa del territorio junto con el de Segura de la Sierra. En 1985 fue declarado Bien de Interés Cultural a la vez que se le otorgó la gracia de Conjunto Histórico Artístico al casco antiguo de Hornos, títulos ambos que avalan la belleza de la plaza.
Hasta alcanzar el pueblo un par de herraduras darán color al trazado, aderezadas, eso sí, con algunas rampas de doble dígito, las más duras de todo el ascenso.
Tras un leve falso llano, Hornos nos recibe con una rampa al 10% y un cruce a derechas que indica “Santiago de la Espada” y “Pontones”. Aunque nosotros vamos en la misma dirección, el camino que utilizamos es, como hemos dicho antes, el que se ha destinado para los camiones.
La salida del pueblo es muy apacible, pues a las magníficas vistas sobre el embalse del Tranco de Beas y las sierras colindantes se le añaden un par de descansillos primero y un descenso notable en la pendiente de las cuestas después.
Nos vamos a adentrar paulatinamente en un pinar, aunque algunos olivos aún harán acto de presencia antes del cruce de La Capellanía, una coqueta pedanía de Hornos en el mismo corazón de la sierra. Luego, los pinos cubrirán la carretera hasta que coronemos el puerto. Y es que en estos parajes se hallan los más extensos bosques de pinares de Europa.
Tras el cruce de La Capellanía, en una herradura a derechas, nos encaminamos hacia La Garganta rodeados de cerros de roca viva por unas rampas que vuelven a ganar consistencia.
Los poco más de 8 km. que nos restan resultan, a pesar de algún que otro descansillo, más constantes en su dureza, si bien ésta no deja de ser moderada.
Se sucederán algunas herraduras y, sobre todo, múltiples vaguadas en las que será común contemplar hermosos saltos de agua que inundan la cuneta en no pocos recodos para nuestro deleite: el puerto esconde unos rincones de auténtico cuento de hadas.
Allá por el km. 17 encontraremos un cruce a la izquierda. Caso de tomarlo iríamos en dirección al pueblo de Segura de la Sierra o bien encararíamos el ascenso del bien afamado Yelmo, siendo ésta, realmente, una vertiente suya diferente a la que comentaremos posteriormente. Ya en descenso y sin sucesión de continuidad dejamos otro cruce a la izquierda que, en este caso, nos llevaría por los entresijos del río Madera y su bellísimo entorno.
Seguiremos nosotros, en cambio, durante un par de kilómetros de ascenso por la misma carretera que nos trae desde Hornos para coronar a casi 1.530 m. de altitud en una zona que se denomina con el nombre de “La Cumbre”.
El topónimo no resulta inapropiado habida cuenta de que la carretera sigue cresteando durante una decena de kilómetros por la divisoria de aguas de las cuencas del Guadalquivir y del Segura manteniendo prácticamente la cota.
Coronado el puerto, el entorno que descubriremos en su cumbre bien merecerá unas cuantas pedaladas más por nuestra parte.
GALERÍA FOTOGRÁFICA.
Mapa:
Categorías:Altimetrías, Andalucía, Jaén, Puertos de Montaña
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