Estado del firme:*****
Dureza:***
Volumen de tráfico:**
Consejos y sugerencias: mucho ojo con el tramo central del puerto que, aunque no tiene kilómetros de gran porcentaje, esconde tramos de verdadera dureza. Por lo demás, un puerto para disfrutar en su totalidad y que puede hacerse muy largo.
No deja de ser anecdótico -y sin embargo refleja a las claras lo que vienen siendo habitualmente los recorridos de la Vuelta a España- que el estreno de un puerto como el de Pontones haya tenido lugar por su vertiente este, de tercera categoría, y que se descendiera por la que vamos a presentar a continuación. Está claro que aquella etapa de 2007 –aciaga edición aquélla, por cierto- empezaba donde empezaba y acababa donde acababa. Ahora bien, el hecho de pasar por él, aunque fuera en descenso, e ignorar el por entonces tan cacareado Collado Agua de los Perros –éste sí que venía al pelo-, pone de manifiesto ese “puedo, pero no quiero” tan frecuente, por desgracia, en el trazado de las etapas montañosas de nuestra ronda.
Coincidiremos, pues, en que este precioso puerto de Pontones no ha tenido un buen comienzo en su “carrera profesional”.

Desde Hornos hasta el inicio del puerto hay unas excelentes vistas del Embalse del Tranco de Beas y la Sierra de las Villas.
Desde Hornos un rápido descenso nos conducirá, por la margen derecha del embalse del Tranco de Beas, al inicio del puerto en el paraje conocido como “cuesta de la Escalera”, tras una curva de vaguada a derechas. Las primeras rampas de hasta un 11% anticipan lo que nos aguarda a continuación, aunque pronto menguarán dejándonos en un cómodo falso llano. No será hasta Hornos el Viejo, una pequeña aldea que dejamos a la izquierda de nuestra marcha, cuando arranque el verdadero puerto con tres kilómetros a una media del 10%. Un buen número de herraduras aderezan un trazado inicial que cuenta con rampas continuas de máxima exigencia.
Sin embargo, no serán pocos los descansillos que a partir del km. 5 nos vamos a encontrar… Casi tantos como miradores en una carretera que, por ello, podríamos denominar como panorámica. Ahora bien, a cada descansillo sucederá siempre un rampón de aupa… difícil empresa la de mantener un ritmo constante.
El valle del Guadalquivir pronto quedará a nuestros pies escoltado siempre por la abrupta Sierra de las Villas y la de Cazorla y el manto de olivos que cubre las primeras estribaciones del puerto, dará paso a un vasto pinar, tan característico del Parque Natural. Si nos sobra el tiempo y no tenemos reparo en pararnos, un alto en cualquiera de los miradores recompensará con creces el esfuerzo invertido en subir el puerto.
Entrado el octavo kilómetro retomamos la escalada con un durísimo tramo que ya en la anterior bajada hemos tenido ocasión de contemplar. Las pendientes apenas sí bajarán del 10%, alcanzando puntualmente incluso el 14%. A medida en que nos aproximamos al cruce de Los Goldines se irá suavizando la inclinación a la par que gozaremos de unos cada vez mejores cuadros sobre la Sierra de Segura.
Aunque ya pasó lo más duro, aún nos quedan tramos de considerable dificultad y, lo que es peor, más de la mitad del puerto.
Uno de esos tramos precisamente será el que, tras descender un pequeño repecho y trazar un giro a la izquierda, nos encontraremos a la altura del cruce de la Ballestera. Añadidos a la tralla previa, los 700 m. que nos aguardan, siempre constantes al 12-13% fatigarán nuestras piernas como pesadas losas en los bolsillos de nuestro maillot.
Al fondo vemos que la carretera está a punto de coronar un collado, pero a la velocidad que desarrollamos casi nos parece imposible que podamos llegar hasta ese punto.
El paraje de las Tejoneras da nombre a este primer collado, que se sitúa prácticamente en el cruce con la A-317a, la carretera de La Cumbre. Ya en la cima, la inmensidad de la Sierra de Segura sobrepasa con creces las expectativas que pudiéramos habernos creado sobre la zona.
Pero aún nos queda tela por cortar. Entramos en el valle del Segura con un cambio significativo en el paisaje: las sierras circundantes carecen en su mayor parte de la vegetación de que veníamos gozando, mostrándose más severas de aspecto, una sensación de austeridad que la nieve no hace sino acrecentar.
Varios kilómetros de cómodo descenso, casi siempre muy suave, nos van a llevar a Pontones, hermosa localidad encajonada en la garganta que excava el Segura, cuyas límpidas y azuladas aguas ven la luz algo más arriba, en las Fuentes de Segura.
Tras atravesar el puente, nos restarán tan sólo 6 km. de un ascenso continuamente cortado por suaves bajadas. En algunos momentos la pendiente se aproxima e incluso supera el 10%, pero por lo general el pedaleo nos resultará cómodo. Tras un par de herraduras, las últimas dos, dejamos abajo Pontones inmersos ya en el camino de Santiago de la Espada, localidades ambas que comparten municipalidad.

Últimas herraduras con Pontones incrustado en la roca. Paisaje aquí completamente diferente al de Las Tejoneras varios kilómetrros antes.
La roca caliza, la nieve, los pinos… todo absolutamente nos produce la sensación de pedalear por auténtica alta montaña. De hecho, coronaremos a 1.605 m. junto a la Sierra del Almorchón y sus más de 1.900 m. de altitud.
Sin duda, un puerto condimentado con los ingredientes más gustosos para convertirse en todo un primer plato del ciclismo nacional.
GALERÍA FOTOGRÁFICA.
Mapa:
Categorías:Altimetrías, Andalucía, Jaén, Puertos de Montaña
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