Estado del firme:**
Dureza:*
Volumen de tráfico: **
Consejos y sugerencias: se trata de una cota recomendable para enlazar los puertos del Valle del Genal con el Puerto de Peñas Blancas por Estepona en una ruta circular.
Además del interés económico que para Gaucín supuso la construcción de esta carretera que unía el pueblo con la costa –hecho vital por el cual se llevó a cabo el proyecto en la década de los setenta del pasado siglo-, el ascenso al denominado alto de la Sierra Crestellina (por no hablar del ascenso al pueblo de Gaucín) y su prolongación hasta el puerto de la Cruz resulta de vital importancia para aquellos cicloturistas que gustamos de enlazar puertos en nuestras rutas, pues se trata de la dificultad montañosa más próxima al puerto de Peñas Blancas por su vertiente más exigente: poco más de 14 km. de descenso y duros repechos separan su cima del inicio del coloso costasoleño.
Con esta carta de presentación, pasamos a describir su ascenso dividiéndolo, como parece natural, en dos partes.
En primer lugar, hasta el quinto km. nos encontramos con una subida de cierta exigencia (habida cuenta de que su pendiente media se sitúa levemente por encima del 6%) albergando en reiteradas ocasiones rampas de dos dígitos. Empezamos el ascenso en dirección noreste hasta que llegamos a una primera curva a derechas muy abierta, casi una herradura, precedida de un largo tramo al 10% y rematada con una punta superior al 13%.

Matorral bajo y algo de arboleda es todo lo que nos queda tras varios años en que los incendios se han cebado con esta serrezuela.
Así, tomamos rumbo sur por la ladera de la Sierra Crestellina en la que abunda el matorral bajo (allí donde los distintos incendios la han respetado) y, aprovechando un pequeño respiro que nos concede el ascenso, distraemos nuestro pedaleo con la contemplación del Valle del Genal y del pueblo de Gaucín a nuestra derecha o bien con la del elegante vuelo del buitre leonado, morador insigne de los cielos del Hacho de Gaucín y de la Sierra Crestellina.
Al llegar a la siguiente curva –está sí que es herradura- vuelven a aparecer las rampas de cierta exigencia, pero no será hasta la segunda cuando volverá a complicarse un poco el ascenso: picos del 14% y del 12,5% provocarán que nos levantemos de nuestro sillín para intentar salir bien parados del trance.
Durante unos cientos de metros nos oxigenamos y volvemos a afrontar nuevas rampas de cierta exigencia hasta que la pendiente va cediendo paulatinamente hacia la cima de la Crestellina, situada a 401 m. de altitud.
Poco más de 2 km. de rápido descenso nos sitúan en la segunda parte de nuestra subida. Al punto giramos a la izquierda en pos de Casares, blanca maravilla de la costa, notando en nuestras piernas que la carretera vuelve a picar un poquito más hacia el cielo.
Llegamos a una curva a izquierdas y, a la par que el pueblo se presenta ante nuestros admirados ojos, la carretera comienza nuevamente a bajar hasta que, tras un puente junto a una impresionante garganta, afrontamos los últimos 1.500 m. de ascenso entre las encaladas casas de Casares con alguna que otra rampa de cierta dureza que pronto cederá para permitirnos distraernos con la singular belleza de esta localidad malagueña declarada conjunto histórico-artístico, y cuyos orígenes parecen remontarse, cuando menos, a época prerromana y que ya en la era romana fue ciudad de gran importancia, como demuestra el hecho de que acuñara su propia moneda.
En definitiva, se trata de un puerto interesante desde el punto de vista ciclista y que no lo es menos desde el punto de vista turístico.
GALERÍA FOTOGRÁFICA.
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Categorías:Altimetrías, Andalucía, Málaga, Puertos de Montaña