Estado del firme:***
Dureza:*
Volumen de tráfico:**
Consejos y sugerencias: es muy recomendable detenerse en la ermita para contemplar unas magníficas panorámicas de la Sierra Sur de Sevilla y de la Sierra Norte de Cádiz.

Más larga que la Este y más irregular, esta vertiente del puerto del Zamorano es también más suave y, sobre todo, más escénica, resultando un auténtico mirador de lujo hacia la sierra gaditana.
Precisamente el tramo más duro lo vamos a encontrar al comienzo, cuando una larga recta por una carretera en perfectísimo estado nos permitirá remontar desde el río Salado, en el límite entre las provincias de Cádiz y Sevilla, hasta las calles de Pruna. Un vistazo atrás nos dejará ver tímidamente asomado en su colina el pueblo de Olvera; al frente, por su parte, se yergue altanero el castillo de la sevillana localidad de Pruna.
Como su vecina Algámitas, en Pruna se han encontrado restos arqueológicos que parten desde el paleolítico hasta nuestros días, aglutinando las distintas culturas que se asentaron en la zona: túrdulos, fenicios, griegos, romanos, árabes. El rey Alfonso X la entregó a la Orden de Calatrava, tras su reconquista cristiana, permaneciendo durante más de dos siglos en zona fronteriza. Del s. XV son las ruinas del castillo que aún se conserva y que, como hemos dicho, descuella en la estampa del pueblo.
La travesía es llevadera y no hemos hecho más que abandonar Pruna cuando, al punto, tomamos un cruce hacia la derecha y seguimos ascendiendo el puerto por carretera más estrecha y en peor estado. Otro kilómetro de suaves rampas y de nuevo la carretera vuelve a empinarse levemente hasta alcanzar el 10 % pasado el desvío a una fábrica de yesos. Es quizás la zona más hermosa, no por el puerto en sí, sino por la panorámica que se disfruta desde el mismo en dirección Sur. Se distinguen distintos pueblos: Montecorto en lontanaza, Olvera más cerco, y en primer término Pruna junto su castillo; y se divisan las cumbres de la Sierra de Grazalema con el Torreón despuntando, las sierras colindantes a Ronda, la Sierra de Líjar…
Son sólo dos km. algo más complicados que incluyen una herradura muy abierta a izquierdas hasta que alcanzamos, tras un apartadero, la ermita de la Virgen de Fátima, de blanco reluciente y remates celestes. Es muy recomendable detenerse, incluso desviándose, junto a la ermita y disfrutar de la magnífica panorámica que nos ofrece de todo el entorno.
Pasada la ermita, al poco, vamos a encontrar un altillo donde la carretera abandona prácticamente la pendiente ascendente, pese a que aún restan varios km. de cuasi imperceptible subida hasta la cima. Se trata del mirador del Puerto de la Ventana, justo cuando la carretera emboca el collado entre el Terril y el Peñón de Algámitas, donde precisamente se enrisca confiado el buitre leonado, dueño y señor de los cielos de nuestra Sierra Sur.
A estas alturas del puerto hemos cambiado ya de ladera, abandonando la cara sur del Terril por la norte, a la par que gozamos del largo falso llano ascendente que nos dejará, sin más dificultad, en la cumbre del puerto. La vista de la sierra de Grazalema deja ahora paso a una sucesión de lomas que se pierden hacia el valle del Guadalquivir y pronto, pues allí nos lleva la carretera, el Peñón de Algámitas acaparará todas nuestras miradas.

GALERÍA FOTOGRÁFICA.







































Mapa:
Categorías:Altimetrías, Andalucía, Puertos de Montaña, Sevilla